Esta obra de Nathan Filer fue publicada en 2014, y ahora,
este sello vuelve a publicar este relato esperanzador que nos enseña que las
tragedias, aunque necesitamos olvidarlas para sobrevivir, afrontadas
debidamente también nos pueden ayudar a crecer como personas.
“Te contaré lo que
pasó, porque será un buen modo de presentar a mi hermano. Se llama Simon. Creo
que te caerá bien. A mí me cae muy bien. Pero en pocas páginas habrá muerto. Y
después nada volverá a ser igual.” Así comienza el relato de Matthew Colmes,
un niño de nueve años que nunca se separa de Simon, su hermano mayor.
Todos tratan a Simon como si fuera menor por una enfermedad
cuyo nombre Matt no recuerda. Durante unas vacaciones en Ocean Coves, Simon
muere de forma accidental tras salir con Matt una noche de la caravana familiar
para curiosear por los alrededores.
Es algo que Matt nunca podrá olvidar y que le llevará a
encerrarse en sí mismo. No sólo por el sentimiento de culpa, también por un
secreto guardado que lo oprime, la presión familiar y la pérdida progresiva del
sentido de la realidad. Diez años después, Matt encuentra fuerzas para volver a
empezar. Su gran ayuda es la abuela Noos, pero sobre todo Annabelle y el
recuerdo de Simon que “tenía una cara
grande y redonda, siempre sonriente, que me recordaba la luna.”
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