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Foto: The Times. |
La reina de la novela negra, Phyllis Dorothy James, más conocida
como P.D. James, ha fallecido a los 94 años en su Oxford natal. La autora deja
una obra que conquistó al público y a la crítica con su retrato de la
complejidad humana, con una construcción meticulosa, casi forense, de las
tramas.
James siempre quiso ser escritora, pero la precaria economía
familiar le forzó a abandonar sus estudios a los 16 años. En 1941 se casó con
un estudiante de Medicina que acabó trabajando para el Ejército, Connor White,
y con él se embarcó en la clásica rutina familiar hasta que la incapacitación
laboral del marido y su internamiento en una institución, afectado por los
estragos de la guerra, forzó un cambio en su existencia.
Tuvo que buscar trabajo en la Administración para sacar
adelante a sus dos hijas, y obtuvo un puesto en el departamento de Criminología
del Ministerio de Asuntos Exteriores lo que, inevitablemente, le abrió el
camino a su vocación literaria.
Tomando a Jane Austen como referencia, James eligió la
novela negra porque consideró que así podía
emular a los autores del género a los que admiraba. Se propuso articular “un relato veraz sobre la sociedad en que
vivimos” y sobre la condición humana, que según ella, nos brinda “unos personajes que nunca serán nítidamente
malos o buenos”.
Pero no fue hasta la publicación de su octava novela, “Innocent Blood” (1980), cuando su nombre
despuntó en el panorama literario internacional y le permitió dedicarse de
llano a la escritura. Desde entonces, la escritora ha obtenido innumerables
premios, la Orden del Imperio Británico y una baronía que le procuró un escaño
vitalicio en la Cámara de los Lores.
De su extensa obra, hay que destacar los diversos títulos
protagonizados por el inspector de Scotland Yard Adam Dalgliesh: “Cubridle el rostro”, “Un impulso criminal”,
“Muertes poco naturales”, “Mortaja para un ruiseñor”, “La torre negra”, “Muerte
de un forense”, “Sabor a muerte”, “Intrigas y deseos”, “Una cierta justicia”, “Muerte
en el seminario”, “La sala del crimen”, “El faro” y “Muerte en la clínica privada”. El personaje ha protagonizado
series de televisión, siendo interpretado por actores como Roy Masden o Martin
Shaw.
El último título publicado de P. D. James fue “La muerte llega a Pemberley”, un
homenaje a “Orgullo y prejuicio” de
Jane Austen, que también contó con una adaptación televisiva.