“Un nido de víboras”
(Salamandra) es la vigésimo quinta entrega de las andanzas del personaje creado
por Andrea Camillero.
Con el paso de los años, las pesadillas que desvelan a Salvo
Montalbano se han vuelto más sofisticadas y extrañas. En esta ocasión, el
veterano policía cree encontrarse junto a Livia, semidesnudos, en una
exuberante selva tropical. Pero no es una selva de verdad: los troncos y el
follaje están pintados al óleo, y Livia y él se hallan dentro de un enorme
cuadro de Henri Rousseau. Y cuando un trueno ensordecedor devuelve al comisario
a la realidad, ésta se materializa con un vagabundo que busca refugio bajo el
porche de su casa.
Poco sospecha Montalbano que ese encuentro fortuito contiene
un elemento clave de su próxima investigación. Esa misma mañana aparecerá
muerto el contable Barletta, con señales de violencia. Al igual que la falsa
jungla del sueño, el muerto no es lo que parecía.
Lejos del tranquilo gestor jubilado que simulaba ser,
Barletta se revela como un personaje de mil caras: un hombre de negocios
implacable, un malabarista de la extorsión y el chantaje, y al mismo tiempo un
padre de familia hipócrita y desalmado.
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