“La niña alemana”
(Ediciones B) está inspirada en la negativa de Cuba y otros países a recibir a
los judíos que huían de la
Alemania nazi a bordo del transatlántico St. Louis.
Finalmente, solo a unos pocos se les permitió desembarcar.
Antes de que todo cambiara, la vida de Hannah Rosenthal era
de ensueño. Pero ahora, en 1939, las calles de Berlín están llenas de
estandartes nazis, su familia ha sido desposeída de sus bienes y los judíos ya
no son bienvenidos en ningún lugar. Hannah y Leo Martin, su mejor amigo, sellan
un pacto: pase lo que pase, ambos compartirán un mismo futuro.
La próxima partida del transatlántico St. Louis rumbo a Cuba
les proporcionará una chispa de esperanza. Tras una ardua gestión para obtener
visados, los Rosenthal y los Martin se embarcan en la lujosa nave con destino a
La Habana. La
vida a bordo del barco se asemeja a unas vacaciones surrealistas para esos
refugiados, pero los rumores inquietantes desde Cuba no tardan en ensombrecer
el ambiente festivo, y la nave que prometía ser su salvación parece a punto de
convertirse en su sentencia de muerte.
Setenta años después, en Nueva York, el día que cumple doce
años, Anna Rosen recibe un paquete de Hannah, una tía abuela a la que nunca
conoció pero que crió a su difunto padre. En un intento de reconstruir el
misterioso pasado de su padre, Anna y su madre viajan a La Habana para reunirse con la
anciana. Ella les relatará el viaje en el St. Louis, les hablará de sus años en
la isla y revelará, por primera vez, el modo en el que ella y Leo cumplieron
con el pacto que sellaron.
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