Foto: El Mundo. |
El escritor y periodista Francisco González Ledesma, creador
del inspector Méndez, ha fallecido esta madrugada. Ledesma fue uno de los
referentes de la novela negra barcelonesa de corte social, junto a Manuel
Vázquez Montalbán. La última entrega de la serie fue “Peores
maneras de morir” (2013), y el año pasado salió a la venta “El adoquín azul”, una novela corta donde
se rastrea el caso de una víctima de la brigada político-social del franquismo.
Nacido en el barrio de Poble-Sec, hijo de un mozo de almacén
y una modista, comenzó trabajando en la editorial Bruguera, donde escribía
guiones de historietas y novelitas de consumo. Utilizó varios seudónimos, el
más célebre de los cuales fue el de Silver Kane, con el que escribía obras
ambientadas en el Oeste americano, al ritmo de una por semana (llegando a
superar los mil títulos). Otros de sus seudónimos fueron Rosa Alcázar, Taylor
Nummy, Silvia Valdemar o Fernando Robles, y no eludió ningún género, ni
siquiera el romántico, donde compitió con Corín Tellado.
Licenciado en Derecho, se dedicó primero a la abogacía y
después al periodismo, primero en El Correo Catalán y después en La Vanguardia,
donde trabajó 25 años y ejerció de redactor jefe. Su primer premio, el
Internacional de Novela de Plaza y Janés, le llegó a los 21 años por “Sombras viejas”.
En 1984 obtuvo el premio Planeta por “Crónica sentimental en rojo”, protagonizada por Méndez, que había
hecho su primera aparición como secundario en “Expediente Barcelona” (1983).
Méndez, protagonista de más de diez novelas, es un policía
escéptico y decadente, que viste un abrigo con los bolsillos rotos de tanto
llevar libros en ellos, que tiene un Colt de 1912 que no dispara y que se
interesa por los casos de la gente humilde. A través de él, el escritor mostró
problemas como el hambre, la pobreza, la corrupción, la homofobia, el nazismo o
la violencia de género.
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