John Connolly presenta “El
invierno del lobo” (Tusquets), en el que nos reencontramos con este
detective atormentado, obsesionado y letal.
Los habitante de la comunidad de Prosperous (Maine), son ricos
y sus hijos tienen el futuro asegurado. En el pueblo se evita a los forasteros
y se protege a los nativos. Y en el centro de Prosperous se encuentran las
ruinas de una antigua iglesia, transportada piedra a piedra desde Inglaterra
siglos antes por los fundadores del pueblo. Esas ruinas esconden un secreto.
La muerte de un sintecho será lo que lleve al investigador
privado Charlie Parker a Prosperous. Parker es un hombre peligroso, al que le
mueve no sólo la compasión, sino también la ira y el deseo de venganza. Los
habitantes de la localidad perciben en él una amenaza peor que cualquier otra
que hayan afrontado. Parker, por su parte, encontrará en ellos a los
adversarios más despiadados con los que jamás se ha enfrentado:los lugareños ya
han decidido que Charlie muera para que el pueblo sobreviva.
Esta es la duodécima novela protagonizada por este
personaje, que se dio a conocer en “Todo
lo que muere” (1998). A este título le han seguido “El poder de las tinieblas”, “Perfil asesino”, “El camino blanco”, “El
ángel negro”, “Los atormentados”, “Los hombres de la guadaña”, “Los amantes”, “Voces
que susurran”, “Cuervos” y “La ira de
los ángeles”.
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