Con “El último peón”
(Grijalbo), el autor cierra la serie con la que tan solo en el Reino Unido ha
vendido más de 1.000.000 de ejemplares. Lewis es una isla al noroeste de
Escocia, donde las tradiciones (y los secretos) se transmiten de generación a
generación.
A este lugar es donde regresa Fin Macleod, un ex inspector
de homicidios de Edimburgo, para comenzar una nueva vida. El lago de la
localidad se ha vaciado, algo que ocurre ocasionalmente, pero en esta ocasión
ha dejado al descubierto los restos de una avioneta y en su cabina, los de un
cadáver.
Durante diecisiete años todos habían creído que la avioneta
de Roddy Mackenzie, el líder de un grupo de música local, cayó en el océano al
poco de despegar. Ahora, Fin Macleod sabe que tiene delante la escena de un
asesinato y que su viejo amigo Whistler calla algo.
Macleod siente que debe investigar aunque ello le obligue a
bucear en su propia juventud y en la historia de esta isla. Y pronto se dará
cuenta de que desenterrar la verdad podría destruir el futuro.
Este tercer volumen llega tras el éxito de “La isla
de los cazadores de pájaros” y “El
hombre sin pasado”. Curiosamente, el primero de ellos obtuvo gran éxito al
ser publicado por una editorial francesa, tras el rechazo de los editores
ingleses. Su excelente acogida aceleró su publicación en otros países, como
Francia, Estados Unidos, y también, Reino Unido, donde se colocó en los
primeros puestos de los libros más vendidos.
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