Al igual que me ocurre en muchas ocasiones, esta novela me
llamó la atención por su portada y título.
Pero además, ya conocía a la autora, Cristina López Barrio, por su obra “La casa de los amores imposibles”, que
leí hace unos años.
El amor es un ingrediente importante en esta historia, pero
también la magia, la fantasía, en esta ocasión gracias a las meigas, a las
profecías y a los espíritus, junto con los secretos que guarda una de las
dinastías más arraigadas de una población gallega.
La pequeña Valentina llega desde su Cuba natal a la Galicia de sus
antepasados, al pazo familiar, para quedarse a cargo de su abuela Bruna Mencía,
marquesa de Novoa, que deberá educarla para convertirla en heredera de toda su
fortuna.
Será a través de esta peculiar mujer cómo Valentina conocerá
la historia familiar, y especialmente, la de las mujeres Mencía, criadas en el
bosque, pero que se unieron al clan Novoa, el más rico de la región.
No solo deberá adaptarse a un país nuevo y a un estilo de
vida diferente, sino que también conocerá los secretos y misterios que esconde
la casona familiar, y los peculiares miembros de su “nueva” familia.
Lo mejor de este libro es el estilo tan personal de la
autora, su forma de mezclar lo real con lo fantástico, su arte a la hora de
describir sensaciones, olores…y en esta ocasión, cómo ha logrado introducir las
leyendas y ritos gallegos, creando así una historia original, emotiva,
intrigante y, por si fuera poco, adictiva.
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