Anne Perry sigue con la serie dedicada a este personaje, y
en breve presenta “Justicia ciega”
(Ediciones B), en la que traslada al lector al Londres victoriano, que es la
seña de identidad de todas sus novelas.
En esta nueva investigación, Monk se ve involucrado debido a
las sospechas de su esposa Hester, que recela del destino de los donativos de los
feligreses de una iglesia londinense. Todo apunta a que este dinero es
recaudado por el predicador Abel Taft, que lo emplea para pagar su magnífica
casa y los lujosos vestidos de su mujer e hijas.
Taft resulta acusado, y el abogado Oliver Rathbone, ahora
nombrado juez, debe presidir el juicio contra él. La culpabilidad del
predicador parece clara, pero la aparición de un testigo inesperado en el
último momento hace que todo se desmorone. Por ello, Rathbone decide poner en
marcha una estrategia temeraria que pondría en riesgo su carrera, su reputación
y su vida.
Esta última novela de Perry se centra más en el proceso
judicial, no es una investigación criminal, a diferencia de otros títulos de la
autora. Entre la extensa obra de Anne Perry destacan títulos como “El rostro de un extraño”, “Luto riguroso”, “Una
duda razonable”, “El grito silencioso”, “Sepulcros blanqueados” o “Muerte de un extraño”, todas ellas protagonizadas
por William Monk.
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