“W de whisky”
(Tusquets) es el nuevo caso de la detective Kinsey Millhone, y que se publica
el quince de enero, llegando a nuestras librerías con un retraso de dos años.
Esta entrega es la número 23 de la saga.
Dos muertes aparentemente sin conexión llevarán a la
detective protagonista a enfrentarse a su pasado.
En apenas seis semanas, en Santa Teresa aparecen los
cadáveres de dos hombres. Al primero, un investigador privado de dudosa
reputación llamado Pete Wolinski, lo habían matado a tiros en lo que parecía un
atraco. El segundo, un sin techo fallecido por causas naturales, apareció en la
playa y no llevaba encima ningún documento identificativo; tan sólo un papelito
en el bolsillo del pantalón con el nombre y el número de la detective Millhone,
a quien pidieron que se acercara a la morgue para identificarlo.
Sin embargo, a medida que Millhone intenta descifrar el
misterio del muerto sin nombre, afloran algunas conexiones extrañas entre las
dos muertes. La detective deberá desentrañar la identidad del fallecido, y
resolver así al menos uno de los enigmas. Pero el relato contiene diferentes
tramas, que encierran malentendidos, fraudes y traiciones.
Al igual que el resto de la serie, esta nueva entrega del
Alfabeto del Crimen se desarrolla en la ciudad ficticia de Santa Teresa, basada
en la primera ciudad de residencia de la autora, Santa Barbara (California).
La serie se inició en 1990 con “A de adulterio”, y continuó con “B de bestias”, “C de cadáver”, “D de deuda”, “E de evidencia”, “F de
fugitivo”, “G de guardaespaldas”, “H de homicidio”,
“I de inocente”, “J de juicio”, “K de Kinsey”, “L de ley (o fuera de ella)”, “M
de maldad”, “N de nudo”, “O de odio”, “P de peligro”, “Q de quién”, “R de
rebelde”, “S de silencio”, “T de trampa”, “U de ultimátum” y “V de venganza”.
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