Decía el sabio que las
apariencias engañan, pero bien mirado lo que engaña son las expectativas, las
ganas de ver y vivir lo que nuestro deseo ha dibujado, sin tener en cuenta la
realidad. De ahí que a menudo acabemos colgando de un hilo, esperando en vano
una llamada que nunca llegará o cultivando las malas hierbas de los celos.
Este podría ser un resumen de la temática de los cuentos de
Dorothy Parker. Ella consiguió reunir todas las miserias y esplendores de la
condición femenina, ya que en sus relatos las protagonistas son mujeres que se
pierden en amores ridículos, que se empeñan en creer eternas unas relaciones
dictadas solo por el deseo pasajero de un hombre, que usan su fragilidad como
arma de seducción, un arma que a menudo se vuelve contra ellas dejándolas
heridas de muerte.
Pero estos cuentos no son un alegato feminista, sino una
mirada inteligente y cínica al mundo de la mujer, y aunque haya transcurrido
más de medio siglo, siguen totalmente vigentes.
Entre los relatos que componen “Colgando de un hilo” (Lumen), encontramos historias que nos llevan
de paseo por las calles de Nueva York para que veamos de cerca a hombres y
mujeres que buscan el amor, aunque se venda muy caro.
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