Tras leer “Las tres heridas”, que me encantó, decidí buscar las anteriores novelas de Paloma Sánchez-Garnica. Así, encontré este libro publicado en 2010, y que descubre los secretos del Camino de Santiago.
Son dos historias que transcurren en diferentes épocas. Por un lado, nos trasladamos al siglo IX, cuando tres personajes hallan una tumba con unos restos que, presuntamente, pertenecen al apóstol Santiago. Tras el descubrimiento, miles de personas acuden al lugar a venerar al Santo, algo que conviene a la Iglesia en un tiempo en el que los ataques de los infieles y los ritos paganos abundaban. Uno de los descubridores deberá poner a buen recaudo un secreto.
La otra historia transcurre dos siglos después. Su protagonista es Mabilia, una joven de la nobleza que, tras la muerte de su padre, debe escapar de su tío, que despoja a ella y a su familia de todos sus derechos. En su huida deberá hacerse pasar por hombre, y conocerá a Arno, un cantero que recorre el camino de Santiago dejando su huella en las piedras que talla.
A través de las dos historias vamos descubriendo los monasterios y localidades por las que transcurre el camino de los peregrinos, al tiempo que se van destapando secretos y mentiras relacionados con la tumba del apóstol.
He de decir que la historia de Mabilia engancha más que la otra, ya que en su huida encuentra diferentes personajes; unos la ayudarán y otros la traicionarán, e incluso algunos le harán dudar de sus intenciones. Durante toda la novela, esta es la parte que mantiene más en vilo al lector, mientras que la otra sirve para averiguar qué hay de cierto y qué no en la historia del Camino de Santiago.
Se lee con gusto, pero el argumento, la trama y los personajes no tienen nada que ver con “Las tres heridas”, por lo que os aconsejo que os olvidéis de esa novela antes de empezar “El alma de las piedras”.
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