Por ejemplo, Jeanne se descubre como una voraz lectora, algo que su nieta desconocía, ya que en tiempos de esta mujer estaba mal visto que las damas leyeran. Por ello, Jade le pide que lea la novela que ha escrito. A partir de ese momento, se desarrollará entre ellas un diálogo que les ayudará a entender sus propias vidas.
Gracias a su abuela, Jade encontrará la fuerza para volver a enamorarse. Jeanne, por su parte, intentará encontrar un editor para la primera novela de su nieta, y de paso, conocerá a Albert, un culto editor con el que comprobará que el amor puede presentarse a cualquier edad.
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