Siempre me ha gustado la novela histórica, así que en cuanto vi este libro, no me lo pensé dos veces. Además, tenía pendiente en mi lista de próximas lecturas otra novela de Pilar de Arístegui, “El árbol de fuego”.
Pero debo confesar que, desde el primer capítulo, me invadió el aburrimiento. La historia se desarrolla en Sevilla en el siglo XVII, una época en la que florecían las artes, y por ello, era una de las ciudades más importantes del país. En la capital hispalense, la protagonista aprende el oficio de escultora de manos de su padre, y con el tiempo, llegará a ser escultora de cámara de dos reyes: Carlos II y Felipe V.
La forma en la que está escrito se hace enrevesada, hay demasiados personajes (especialmente, en la Corte), y los diálogos también son complicados, al escribirlos tal y como se hablaba en la época. En mi opinión, hay demasiada información, y eso hace que se pierda el hilo con frecuencia.
Y la verdad, es una pena, porque hay intrigas palaciegas, hechos históricos que cambiaron el rumbo del país, personajes influyentes de las artes y las letras…y la hazaña de una mujer que consiguió lo que ninguna otra hasta entonces pudo alcanzar, el reconocimiento a su labor en un mundo dominado por hombres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Lo has leído? ¡Comenta y da tu opinión!