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jueves, 11 de julio de 2013

Mis imprescindibles (V)

Aquí tenéis otros tres libros que me han dejado huella. El primero de ellos lo leí hace muchos años, no en vano ya se han cumplido 25 desde su publicación. “La ciudad de la alegría” es quizás el más conocido de la extensa trayectoria de Dominique Lapierre. La historia es muy conocida, es el relato de la vida en un slum, un barrio de chabolas de Calcuta.
Allí conviven varios personajes: Paul, un sacerdote francés que ayuda a los más necesitados, y Max, un médico americano que llega al país atraído por lo que cuenta este cura. También la familia Pal, cuyo progenitor, Hassari, lucha por sacar adelante a los suyos.
Está contada con crudeza, pero también con una minuciosidad que lleva al lector a imaginarse con todo detalle el ambiente que se vive en las calles de esta ciudad, sus gentes, sus costumbres y sus esperanzas.


El siguiente título que os recomiendo es algo más reciente. “Las cinco personas que encontrarás en el cielo”, de Mitch Albom, es uno de esos libros que te atrapan por su originalidad.
Eddie es un hombre de 83 años que trabaja en un parque de atracciones. Tras un trágico accidente, se encuentra en el Cielo. Parece que por fin ha llegado al Paraíso, y allí se encontrará con las cinco personas que, directa o indirectamente, han influido en su vida. En el caso de algunas de esas personas, él ni siquiera se dio cuenta en su momento.
Y por último, el primer libro que leí de uno de nuestros mejores escritores. Me refiero a “La ciudad de los prodigios” de Eduardo Mendoza. La trama se desarrolla en Barcelona, en el período comprendido entre las dos exposiciones universales de 1888 y 1929.
En este contexto de ciudad tumultuosa y agitada, descubrimos las andanzas de Onofre Bouvila, un inmigrante que se busca la vida como vendedor ambulante de crecepelo y repartidor de propaganda anarquista. Terminará ascendiendo, y llegará a la cima del poder delictivo y financiero. El autor presenta un retrato de la ciudad condal en aquella época, de la picaresca y de los cambios que las exposiciones conllevaron para Barcelona.

 



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