Este libro de Ana R. Cañil llevaba tiempo llamando mi atención y, finalmente, me decidí a leerlo, tras ver en Internet muchas opiniones positivas. En principio me daba pereza, porque era otra historia sobre la Guerra Civil , pero me alegro de haberlo leído.
En realidad, se centra en la vida en las cárceles para mujeres en la posguerra. Allí está encerrada Jimena, cuyo único delito es ser la mujer de un comunista, Luis, desaparecido durante la contienda. Pero la mayor enemiga de la protagonista es María Topete, la directora de la prisión. Una mujer amargada, que dirige su territorio con mano dura, convencida de que está haciendo un bien a los niños de las presas, y a la sociedad, al tratar de evitar que esos niños se contagien de la ideología de sus madres.
María Topete (que existió realmente) tiene fijación con Jimena, ya que Elvira, su suegra, no la reconoce como la mujer de su hijo, del mismo modo que tampoco quiere reconocer a su nieto. Tanto la protagonista como sus compañeras de encierro (Trini, Paz, Angelita, Petra…) soportarán años de penurias, castigos crueles, condiciones insalubres de vida y todo tipo de humillaciones.
La autora, Ana R. Cañil, ahora de actualidad por “El coraje de Miss Redfield”, reconstruye el día a día de las instituciones penitenciarias de la época de una forma fiel, cruda en ocasiones, gracias a la documentación que ha recopilado sobre el tema y a las conversaciones que mantuvo con sobrinos de la propia Topete, y con algunas de las presas que aparecen en el relato. Jimena no existió, pero es un reflejo de cualquiera de estas mujeres que tuvieron que pasar por esta dura experiencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Lo has leído? ¡Comenta y da tu opinión!