Dentro de su serie “Grandes Novelas” de Ediciones B (de la que me confieso fiel seguidora), se ha publicado recientemente “El puerto del perfume” de Elizabeth Ming, una historia gracias a la cual podemos viajar a una de las colonias británicas más importantes a finales del siglo XIX.
La protagonista de esta novela, al igual que en otras del género, es una joven en edad de encontrar marido, y que viaja a la otra punta del mundo, donde su vida cambiará por completo.
Sally es hija del pintor Theodore Evans, al que han encargado una serie de retratos de los miembros de la Compañía Británica de las Indias Orientales afincados en Hong Kong.
Sally es hija del pintor Theodore Evans, al que han encargado una serie de retratos de los miembros de la Compañía Británica de las Indias Orientales afincados en Hong Kong.
Por ello, ambos se trasladan de Bristol hasta la ciudad china, pero con intereses diferentes. Theodore está entusiasmado con la tarea que le han encomendado, mientras que Sally ansía entrar en sociedad y conocer a un hombre que la convierta en su esposa y le dé así la existencia apacible y la seguridad que nunca ha tenido.
Lo que Sally ignora es que la cultura y tradición milenarias de Hong Kong le llevarán a iniciar la mayor aventura de su vida. Puede que el argumento recuerde a otras historias de esta colección, pero he de reconocer que el contexto y el país en el que se desarrollan estos relatos hacen que las tramas difieran unas de otras (no es lo mismo que la acción transcurra en Alaska que en el Caribe, por poner un ejemplo). Por ello, habrá que leer este libro y dejarse transportar a las antiguas colonias y a paisajes exóticos
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