“Las sombras de Longbourn” (Lumen) es una de las novedades que más llaman la atención. Rescatando a personajes salidos de la pluma de Jane Austen, la autora da una vuelta de tuerca al género planteándose la siguiente pregunta: ¿qué hubiera pasado si Jane Austen hubiera dado voz a los criados?
De este modo, nos situamos en una mansión inglesa. La familia, formada por el matrimonio Bennett y sus cinco hijas (protagonistas de “Orgullo y prejuicio”) duermen. Pero el día ya ha comenzado en la mansión, porque dos de las criadas, Sarah y Polly, ya han empezado a trabajar a las órdenes de la cocinera, la señora Hill. A pesar de que su vida transcurre entre un ir y venir de cazuelas, ambas tienen sus sueños y ambiciones.
Sarah es la que más arriesga, y su vida cambiará el día en que llega a la casa James Smith, un nuevo sirviente con un pasado lleno de secretos y un futuro que contempla la libertad. De este modo, la novela nos presenta al servicio, un grupo de personajes al que Jane Austen no dio voz en sus libros.
Pero que nadie se alarme, que Jo Baker ha respetado el estilo de la gran escritora. Simplemente, nos presenta la otra cara de la moneda, aportando imaginación a una de las grandes obras clásicas.
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