“El chico que puso hélices al viento” (Martínez Roca) es una historia real, y está contada por su protagonista, William Kamkwamba, y por Bryan Mealer. William nació en una aldea de Malawi, un lugar donde la magia está presente en la vida de todos sus habitantes.
El chico siempre estuvo fascinado por la electricidad, y quería estudiar ciencias, pero una terrible hambruna que asoló el país les convirtió a él y a su familia en indigentes. Por ello, William tuvo que dejar los estudios para ayudar a sus padres.
Sin embargo, no se desanimó, y cogiendo unos cuantos libros de ciencias olvidados, y con mucha curiosidad y decisión, decidió dar a su familia electricidad y agua corriente. ¿Cómo lo hizo? Con trozos de bicicletas, piezas de tractor y chatarra, con los que construyó un molino de viento.
Es una historia real, que demuestra que nada es imposible, y que una sola persona no puede cambiar el mundo, pero sí hacer que sea un lugar un poco mejor.
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