Esta no es otra historia más sobre el holocausto durante la
II Guerra Mundial. Es una historia real, que daría para una película (aunque
prefiero que no la hagan, no haría justicia al libro). El título hace
referencia a la promesa que la protagonista, Gertruda Babilinska, hizo a la
madre de Michael en su lecho de muerte.
Le prometió que llevaría al niño a Palestina y cuidaría de
él como si fuera su propio hijo. Y lo cumplió, pero para ello tuvo que pasar
toda clase de penurias y arriesgar su vida en varias ocasiones.
Ram Oren ha plasmado esta historia de manera ágil y amena,
contando así las experiencias de uno de esos héroes anónimos que se crecieron
ante la adversidad y lucharon por sobrevivir durante una de las peores etapas
de la historia del siglo XX.
Gertruda fue contratada como niñera de Michael, un niño
judío polaco, hijo de un acaudalado empresario. La invasión de Polonia por el
ejército nazi pilla a Jacob Stolowitzky, el padre de Michael, en París, sin
posibilidad de retornar a su casa ni saber qué ha sido de su familia.
Gertruda, el niño y su madre, Lydia, se ven obligados a
emigrar a Vilna (Lituania) al igual que muchos otros judíos. Sobreviven como
pueden, pero el corazón de Lydia no lo resiste. Antes de morir, pide a la
niñera que cuide del niño y lo ponga a salvo llevándolo a Palestina.
No voy a entrar en más detalles, sólo os diré que Gertruda
no es la única persona que arriesgó su vida en esta historia: a lo largo del
relato nos encontramos también con las personas que ayudaron a esta mujer y a
Michael, gracias a los cuales pudieron sobrevivir.
Si buscáis un libro que os estremezca, emocione, sorprenda,
indigne…ésta es una buena opción, y un magnífico ejemplo de cómo la gente
corriente puede hacer cosas extraordinarias.
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