Su protagonista, Victoria, no es lo que parece a primera
vista. “Si regalaran un diamante por cada
disgusto que da la vida, sería multimillonaria”, pensó el día que encontró
a su novio liado con su mejor amiga el día antes de su boda. Y es que a pesar
de sus gafas Prada, de sus bolsos Chanel, de sus zapatos Gucci y de todos los
Carolina Herrera que cuelgan en su armario, Victoria sólo es una mujer amargada
que vive en la mejor zona de Madrid.
Y por si esto fuera poco, en medio de esta crisis personal y
emocional, su empresa le da un ultimátum: si en dos meses no consigue convencer
a un conde escocés de que ceda su castillo para rodar un anuncio de una marca
de relojes, la despedirán y perderá su fantástico estilo de vida.
Con este panorama, Victoria viaja a las Highlands en busca
del conde McKenna, pero allí, aparte de lluvia, paletos y vacas, la única pista
que encontrará del aristócrata será la de su mano derecha, Niall, quien ya
cuenta con un plan muy bien trazado para tratar a esta visitante española.
Esta fue la primera novela de Megan Maxwell, y a ella le
siguieron otros títulos de novela romántica como “Deseo
concedido” (2010), “Fue un beso tonto”
(2010), “Te esperaré toda mi vida”
(2011), “Niyomismalosé” (2011), “Las ranas también se enamoran” (2011), “¿Y a ti qué te importa?” (2012), o “Los príncipes azules también destiñen”
(2012), entre otras.
También ha escrito la serie “Las guerreras Maxwell” (por cierto, el tercer volumen sale a la
venta el siete de octubre) y la saga “Pídeme
lo que quieras”, con la que debuto en el género erótico y que fue premiada
con las Tres plumas a la mejor novela erótica.
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