Se desconocía la existencia de estos cuentos, aunque dos de
ellos –“Un lugar en el árbol” y “La gatita Mancha y el ovillo rojo”– no
salieron a la luz hasta el año 2010, con motivo de la exposición en la
Biblioteca Nacional por el centenario del nacimiento del escritor.
El manuscrito está compuesto por seis pequeñas hojas de 12
por 19 cm., escritas y con dibujos, cosidas en la parte superior por un hilo de
color ocre, y con los bordes envejecidos e irregulares. Por el tamaño y la
descripción se deduce que son hojas de papel higiénico con las que se formó un
pequeño cuaderno que tiene al final varias hojas en blanco, según ha señalado
la Biblioteca Nacional.
Los cuatro relatos son: “El
potro oscuro”, “El conejito”, y los dos ya mencionados. Se supone que los
escribió entre junio y octubre de 1941, en el Reformatorio de Adultos de
Alicante, a donde llegó desde el Penal de Ocaña. Es el último viaje de Miguel
Hernández, que en este período tiene dos obsesiones: el reencuentro con su
mujer y poder ver a su hijo Manuel Miguel, el destinatario de estos cuentos.
El poeta entregó estos últimos escritos a Eusebio Oca Pérez,
con quien se reencontró en el Reformatorio. Eusebio confeccionó con dos de ellos
un libro lleno de dibujos, para que Miguel se lo entregara a su hijo. Precisamente
el hijo de Eugenio Oca, Julio Oca Masanet, era quien tenía en propiedad este
cuaderno, y quien propuso a la Biblioteca Nacional que se conservaran en sus
instalaciones.
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