La escritora y académica ha fallecido en su domicilio de Barcelona a la edad de 88 años. Hace sólo unos meses, fue la encargada de dar el último premio Nadal en su ciudad, y acababa de entregar a la editorial Destino la que ya será su novela póstuma: “Demonios familiares”, que verá la luz el próximo mes de septiembre.
Aparte de ser una de las novelistas más importantes de nuestro país, una de las pocas mujeres de la Real Academia de la Lengua y la tercera mujer que ganó el Cervantes, fue capaz de abordar diferentes géneros, como la literatura realista, la infantil y la fantástica.
Su gran capacidad imaginativa le venía desde pequeña, cuando su madre la castigaba en el cuarto oscuro de la casa, y allí, imaginaba historias de duendes y reyes. Pronto supo sacarle partido a este talento, ya que recordaba haber escrito su primer relato a los cinco años. A los diecisiete ya había comenzado su primera novela, “Pequeño teatro”, que tardaría en ser publicada, pero lo hizo a lo grande: fue galardonada con el Premio Planeta en 1954. Antes, en 1948, quedó finalista del Premio Nadal con “Los Abel”.
Este último galardón llegó finalmente en 1959, con “Primera memoria”, y ese mismo año recibió los Premios Nacional de Literatura Miguel de Cervantes y de la Crítica por “Los hijos muertos”. Antes, en 1952, había sido reconocida con el Premio Café Gijón por “Fiesta al noroeste”.
No fueron los únicos. En 1962 obtuvo el Fastenrath de la Academia de la Lengua con “Los soldados lloran de noche” y en 1965, el Premio Nacional de Literatura Infantil Lazarillo por “El polizón de Ulises”. En 1984 fue distinguida con el Premio Nacional de Literatura Infantil por “Sólo un pie descalzo”, tras la que siguió un período de inactividad motivado por una fuerte depresión.
Pero salió a flote, y en 1996 publicó “Olvidado rey Gudú”, un cuento de hadas que se convirtió en una de sus obras más conocidas, y posteriormente fue elegida miembro de la Real Academia Española de la Lengua para ocupar el sillón “K”. Se convertía así en la tercera mujer en ocupar una silla en la alta cámara de la lengua.
En el año 2000 publicó “Aranmanoth” y dos años después se reeditaron sus “Cuentos de infancia”, una recopilación de nueve cuentos e ilustraciones que la autora escribió entre los cinco y catorce años de edad. En 2007 le otorgaron el Premio Nacional de las Letras Españolas, y en 2010 llegó el Premio Cervantes, el que ella misma reconocía que era el que más ilusión le había hecho.
Su penúltima novela fue “Paraíso inhabitado”, y digo penúltima porque, en septiembre podremos disfrutar de “Demonios familiares”, que entregó a la editorial hace unos meses. Esta novela transcurre en 1936, al inicio de la Guerra Civil, y la protagonista es una joven que se mueve en un mundo de amor, traición y sentimientos confusos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Lo has leído? ¡Comenta y da tu opinión!